El emblemático capitán de las Águilas jugaba con la selección del centro Asturiano

Alfredo Tena no le iba al América cuando se enamoró del futbol, sus primeros acercamientos con este deporte fueron las idas al Estadio Azteca de la mano de su padre, quien lo llevaban para ver al Necaxa, pues trabajaba para la Compañía Federal de Electricidad.

El emblemático capitán de las Águilas jugaba con la selección del centro Asturiano y cada vez que tocaba un balón se transformaba, olvidaba todo lo que estaba a su alrededor y se metía en cada partido como si le fuera la vida.

"El futbol me apasionaba, era todo para mí, sólo alguien que lo ha jugado sabe lo que es entrar a la cancha y dejarlo todo por el equipo", recordó el "Capitán Furia".

Hace unas semanas, cuando la directiva azulcrema lo llamó para rendirle un homenaje junto a otros defensores que fueron elegidos como los mejores del siglo, un sinfín de recuerdos inundaron su mente.

"No me lo esperaba, salí contento del estadio, sintiendo a la gente muy cerca. Por un momento recordé las ocasiones en que me tocó recibir el aplauso del americanismo, feliz al vernos levantar una Copa. Y también recordé el partido contra Boca Juniors, ese que perdimos en el último minuto y que es un dolor que siempre traigo conmigo", reveló.

Tena creció al lado de los grandes ídolos de los años 70: Carlos Reinoso, Enrique Borja, Mario Pérez, y sus primeros pasos en el cuadro de Coapa los dio de la mano del técnico José Antonio Roca.

Pero si hay algo que lo enorgullece es el impulso que se le dio a la cantera del América en los años 80 porque, aseguró, los colores se sienten diferente cuando alguien se forja de a poco en el Nido.

"Mario Alberto Trejo, Armando Manzo, Vinicio Bravo y yo jugamos juntos muchos tiempos, los novatos aprendimos de los grandes, fuimos haciéndonos poco a poco, formando el carácter, amando esta institución, que siempre ha tenido objetivos muy altos y sobre todo la filosofía del triunfo", señaló.

Por eso, cuando fue invitado por Guillermo Cañedo White para tomar el mando de la cantera azulcrema, de 2006 a 2011, fueron los años que más atesoró porque le tocó darle forma a varias generaciones de futbolistas que más tarde brillarían en el primer equipo, como Diego Reyes, Raúl Jiménez o Hugo González, entre otros.

"Cuatro veces campeones de la Sub 20, otros dos títulos en la Sub 17, realmente fue una experiencia muy enriquecedora porque además te das cuenta de que un canterano lleva los colores tatuados en la piel. Por eso me duele ver que en el equipo cada vez hay menos gente formada de las básicas", apuntó.

En este centenario del América, el capitán no oculta su orgullo por haber colaborado 25 años para la grandeza de este club, con el que se dice a mano.

"Ni me debe ni le debo... estamos en paz".

'Buen maestro'

Alfredo Tena no sólo fue compañero de Carlos Reinoso en la cancha, también estuvo bajo su mando cuando el chileno tomó la dirección técnica del equipo, en una de las épocas más gloriosas del América.

Juntos disputaron el título más recordado, la Final ante Chivas en la temporada 1983-84, cuando los azulcremas salieron airosos a pesar de haber vivido momentos de angustia por la expulsión de Armando Manzo.

Reinoso no pudo seguir con las Águilas para la siguiente temporada y dejó al equipo a mitad del camino, ya que por sus adicciones tuvo que recibir ayuda para desintoxicarse.

"Nunca supe de esto (de sus excesos). Con nosotros siempre fue un técnico muy serio, le gustaba mucho la perfección, ensayaba las jugadas una y otra vez, era un líder y así lo veíamos todos, como un verdadero 'Maestro', como un hombre que nos enseñó el significado del americanismo", recordó Tena.

"A lo mejor hubo muchas versiones sobre su salida, pero yo me quedo con los que nos dejó, con su legado, con la forma en que nos pedía enfrentar cada partido. Cuando se fue lo extrañamos, era y seguirá siendo el americanista número uno, los que lo vimos jugar podemos decir que era un hombre prodigioso con el balón".

El legendario "Capitán Furia" señaló que algo importante que le aprendió a Reinoso fue a no darse por vencido, a luchar hasta el último aliento para rescatar un balón, para ir en busca de una remontada.

"Ese es el espíritu del América, un equipo que no se vence y que si pierde vende cara la derrota, un equipo que no es de medias tintas, que sale a ganar y a dejarlo todo en la cancha", detalló.
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